El espacio, la última frontera de la humanidad, aquel territorio poco explorado por nuestra civilización, pero siempre una fantasía constante en la imaginación de muchas personas, que será lo atrayente de tan magno lugar, que logra cautivar nuestros más vagos y minúsculos pensamientos; haciendo una revisión de diferentes literatos, poetas y pensadores, han escrito sobre muchas cosas, desde la incalculable belleza de la naturaleza, pasando por el vivo y sensual cuerpo de la mujer, vida de progenies incalculables existencias, hasta llegar a tratados de política, moral y ética, pero nada se ha robado más letras que el mismo sentimiento de querer explorar lo desconocido, así como para muchos fueron las tierras no documentadas en la época del caballero victoriano de siglos pasados, hasta de exploradores que llegaban a trazar nuevas rutas mercantes para un imperio. Qué maravilla sentir que descubres algo nuevo, documentarlo y después dar a conocer dicho hallazgo, hoy quiero sentarme a pensar un poco en la exploración, pero voy a dar mi toque en particular.
Para todos aquellos que son lectores de este blog, ya sabrán que mi saber hacer es: la arquitectura, profesión que me encanta y así como me gusta, también soy crítico con la misma y con los demás, más aún cuando yo mismo estoy diseñando algo, normalmente hago un recorrido mental imaginando los espacios, al momento de completar ese viaje, nace en mí varias preguntas, la primera ¿usaría ese espacio?, ¿Qué necesidad se ha satisfecho?, ¿la gente entenderá como usarlo? Y gracias a estas 3 preguntas puedo articular de forma más sencilla la propuesta y los requerimientos del usuario final. Bajo esa forma de proceder puedo llegar a visualizar la forma de aquello que puede llegar a ser y plantear esa pequeña semilla de ¡explórame!, que invita al usuario a ver el espacio como una resolución a un problema planteado y no solo de la forma normal, sino que también puede llegar a satisfacer diferentes necesidades en un único espacio.
Entonces cómo hacemos que las personas exploren el espacio, como hacer que la gente sienta que no todo lo que está delimitado bajo esos límites impuestos sean lo único que ven, mucho se ha debatido y muchas personas estudiadas en esos campos, han dado una gran cantidad de respuestas, yo acá pondré mi humilde opinión, la que espero, no sea la verdadera ya que me gustaría construir un concepto y no volverme un concepto en sí; prosiguiendo con la respuesta, la gente necesita que el espacio sea una caja de arena, pero esta caja está delimitada por 2 condiciones, la primera el límite planteado pues la idea de que todo el mundo sea su caja, no es que sea la mejor, hay que limitar, el truco está en ampliar los límites que ese mismo espacio provee y con límites, no me refiero solo a las paredes o divisiones que esta tenga, me refiero a, que tanto de ese espacio puedo mover para adecuarlo a lo que considero sea necesario, o ampliar con juegos de luces las propias limitaciones visuales de ese entorno, el segundo límite es: el material con el que se llena la caja, la arena en la analogía, es el medio de creación y la caja es el espacio donde se limitan las acciones, si la arena es el medio materializado de dichas ideas, debo de dar flexibilidad al entorno o a la construcción del mismo espacio, tenemos en cuenta que el espacio está delimitado pues es finito y yace en total limitación, entonces esa arena en que se vuelve, es acaso el mobiliario de un espacio, lo que lo hace ese espacio, o son las condiciones lo que genera que el espacio sea eso y no otro.
Continuando con la idea de la arena, ya tenemos el lugar, falta lo que hace que sea y es acá donde pondré una pregunta ¿un espacio es ese espacio delimitado por el mobiliario o por las condiciones dadas en el espacio?, quiero plantear dicha incógnita para que la persona que lea este escrito se cuestione el ¿Por qué? Ese espacio es ese y no otra cosa, si bien el mobiliario nos dicta de que está compuesto el sitio, también nos dice cómo más o menos está distribuido, entonces lo que se debe de hacer es dar un espacio neutro con un mobiliario determinado, pero también con los mismos elementos dar la posibilidad de hacer pequeños cambios y mediante estas pequeñas modificaciones generar un cambio mediante la lectura del lugar.
A qué va lo anteriormente dicho, resulta que últimamente la gente ha podido salir a disfrutar del espacio público, uno de los espacios más afectados por la pandemia, si una persona venida del futuro que lee mis palabras, a de saber que entre el año 2019 y el 2021, que es cuando escribo esto, la humanidad tuvo una crisis de salubridad gracias a un virus, proveniente de una población en china, ya en el futuro se encargaron de catalogar el fenómeno y cómo cambió la percepción de la vida y todas las consecuencias que generó dicho evento, pero si gracias a dicho acontecimiento, el espacio más golpeado en las ciudades fue el espacio público, ya que nadie lo usaba, esto llevó a un deterioro en la percepción de éste , además de un replanteamiento, para las personas poder volver a usar dichos sitios, entonces cómo hacer para que la gente vuelva a explorar tal maravilla del diseño.
Ya desde párrafos anteriores, he tratado de dejar en claro un método de uso que es la caja de arena como analogía al espacio, pero con el espacio público como podremos hacer lo mismo, si estos espacios son más grandes y con una cantidad de actores diferentes, usemos el mismo principio, el espacio ya está delimitado, pero carece de algo que todos los espacios tienen, un uso en concreto y esto lo hace más valioso que cualquier otra cosa, ya que puede adoptar cualquier uso, o puede volverse un sitio en total decadencia, es el espacio de todos y a la vez de nadie, donde todos somos actores, pero ninguno es protagonista, pues cada uno es principal en su propio obra.
No es curioso pensar que el párrafo de inicio al texto , hace alusión al espacio exterior, aquello que alguna vez nos inspiró por su grandeza a obras de magna belleza o marcado los terrores inexplicables que solo caben en la imaginación, y es porque esa es la concepción del espacio público para el arquitecto, ya que es el magno lugar por antonomasia, donde se recaban los sueños y los temores de todos, ahora que se plantea una nueva normalidad, el arquitecto tiene el deber de replantear nuevamente la concepción del espacio público como lugar de encuentro de ideas y nuevas actividades, es el que está llamado a que crear espacios para explorar nuevas mecánicas o avivar una llama que parecía apagada y volverla a prender cual voraz incendio que consume todo.
Quiero terminar esta nueva entrada, no sin antes dejar en claro que los arquitectos y demás profesiones, están llamados a la inventiva no para evolucionar muchas veces, si no para revolucionar esos temas que se creen que son dogmas intocables, no le podemos quitar a la gente la sensación de volver a explorar un concepto que parecía que había alcanzado su zenit, pero siempre estamos a una simple pregunta de cuestionar, investigar y dar una interpretación propia de un concepto, quien quita que al final de nuestras palabras o pensamientos, se esté más cerca de alcanzar algo nuevo de verdad un camino o una senda que nadie había descubierto pero tú, has sido el primer paso para llegar a esa instancia, te deseo un feliz día, un maravilloso mes y que tengas un excelente año querido lector, te recuerdo que tu participación nos es importante para crecer, danos esa retroalimentación necesaria para crecer y mejorar este proyecto.
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